EVO: OPERACIÓN RESCATE
Esta
es la crónica del año más peligroso en la vida de Evo Morales, desde su forzada
renuncia en noviembre de 2019 después de ganar una vez más las elecciones
presidenciales hasta el regreso triunfante a su país en noviembre de 2020, una
trama oculta de relaciones entre gobiernos, organismos internacionales, medios
de comunicación y personas comunes. Aquí, un fragmento de "Evo: Operación
rescate. Una trama geopolítica en 365 días" (Sudamericana, 2021), de
Alfredo Serrano Mancilla.A
pocos minutos de las nueve de la noche de ese domingo 10 de noviembre del 2019,
la Operación Rescate ya estaba en marcha. A México se le acababa de sumar la
Argentina. Se conformaba una amalgama de relaciones internacionales que crecía
de la misma manera que una niña avanza jugando a la rayuela. Se estaba gestando
un hito histórico, con un enorme calado geopolítico. […]
El
éxito de la operación de rescate con vida de Evo dependería de las
características de cada Estado, de su historia y de sus tradiciones, de los
rasgos ideológicos de los gobiernos participantes, de las personas que tomaban
decisiones, de la valentía, del grado de solidaridad y humanismo de cada actor,
y también de la “buena onda”. Y “buena onda” había a raudales.
Mi
micromisión en ese momento era llamar a México, a la Secretaría de Relaciones
Exteriores, para uno de los pedidos más descarados que hice en mi vida:
solicitar si era posible que un avión oficial de la Fuerza Aérea mexicana se
trasladara hacia Bolivia, más concretamente, a un aeropuerto que ningún oficial
mexicano habría escuchado nombrar jamás: Chimoré (en el Chapare boliviano).
¿Quién era yo para hacer ese pedido tan impúdicamente, tan desfachatadamente?
[…]
Finalmente,
lo hice. Lo llamé por WhatsApp. Le expliqué brevemente la situación extrema en
la que nos encontrábamos; casi le repliqué con las mismas palabras la súplica
que Álvaro me había hecho para salvar la vida de Evo; y aproveché para
comentarle que Alberto [Fernández] también estaba en ello buscando otras vías
alternativas después de la negativa de Macri. Efraín (de parte de México) me
asombró, para bien... Sin mucha floritura, en forma muy ejecutiva, me dijo:
“Déjame averiguar. Consultamos y te digo”.
La
puerta no se había cerrado y eso, simplemente eso, ya era un buen augurio.
Hasta el momento, el gobierno mexicano (su cancillería) había demostrado no
solo buenas intenciones, sino también una gran dosis de efectividad. Hasta esa
hora, las nueve de la noche, habían desfilado por la Residencia y la Embajada
unas cuarenta personas en búsqueda de asilo (los hijos de Evo, ministros,
servidores públicos). Eso me provocaba una ligera esperanza, que no quería
aceptar del todo. Soy muy cabulero; imagino que es un mecanismo de protección
por si la cosa no sale bien. Realmente en ese momento era prudente, porque
sabía que la maniobra no era en absoluto sencilla.
Apenas
pasado un cuarto de hora, llegó la llamada de respuesta de Efraín. Yo tenía la
sensación de escuchar a un país en todo su esplendor. México al habla, México
diciendo “sí”, México volviendo a querer hacer Historia. Efraín dijo cuatro
palabras que quedarán para el recuerdo: “Estamos autorizados para ello”. Y a
renglón seguido me pidió que reconfirmara antes de iniciar este gran operativo.
La llamada no duró más de un par minutos, porque ambos sabíamos que lo
importante ya se había dicho y ahora había que ponerlo en práctica, si es que
finalmente esa iba a ser la decisión tomada. […]
Teníamos
la autorización del vuelo mexicano, y ahora comenzaríamos a navegar entre
marismas, ese terreno pantanoso en el que la letra pequeña aparece por todas
partes con posibilidades de jugarte una mala pasada. Efraín me insistía en lo
obvio: saber cuál era la contraparte en Bolivia para que nuestro avión pudiera
aterrizar. Tan obvio como difícil de identificar. Las Fuerzas Armadas se habían
sumado al golpe, pero no habían asumido la conducción del país, como sucedió en
otros momentos de la Historia latinoamericana. […]
En
ese tira y afloja para saber quién era el responsable de la torre de control de
Chimoré que autorizaría el aterrizaje del avión, México decidió con gran tino
enviar el vuelo cuanto antes a una zona lo más cercana posible a Bolivia: Perú,
al aeropuerto internacional Jorge Chávez, en Lima. La mejor manera de ganarle
tiempo al tiempo. La decisión mexicana me pareció de lo más atinada. De esta
forma, se ampliaba el margen para la titánica tarea de encontrar algún aliado
en el interior de un cuerpo que había sido copartícipe determinante del golpe
de Estado.
¿Cómo
hallar esa aguja en el pajar? Me preguntaba cómo el canciller boliviano Diego
Pary y Álvaro darían con la persona que abriría la puerta de Bolivia, en pleno
golpe de Estado, a un avión forastero para que entrara, buscara a Evo y
volviera a salir como si nada. La cabeza de Evo ya tenía precio: cincuenta mil
dólares de Estados Unidos de América. Otra traba no menor en esta carrera de
obstáculos. […]
Faltaban
pocos minutos para que formalmente finalizara aquel eterno domingo 10 de
noviembre. Ese domingo que había comenzado muy temprano con el comunicado de la
OEA de Almagro exigiendo la anulación de las elecciones, que siguió con la
rueda de prensa de Evo Morales aceptando las nuevas elecciones sin ser él el
candidato para evitar más muertes y más violencia, que continuó con la coacción
de las Fuerzas Armadas solicitando la renuncia del presidente, que tuvo tiempo
para que Evo Morales hiciera un segundo anuncio aceptando su renuncia para
impedir un mayor derramamiento de sangre, un domingo que no terminaba a las
doce de la noche porque había que conseguir que el vuelo mexicano estuviera en
el aire camino a Lima, donde haría una parada previa antes del destino final,
Chimoré. Ese domingo imperecedero aún tendría espacio para más cabos sueltos.
No
recuerdo bien si antes o después, pero apareció otro asunto no resuelto. El
avión tenía que contar con el mayor número de capas de seguridad como blindaje
ante una potencial locura de los golpistas bolivianos. Se nos ocurrió que
personal civil acompañase al piloto y al copiloto (militares mexicanos). Lo
consulté por teléfono, separadamente, con Alberto Fernández y el vicecanciller
mexicano Max Reyes. La opción de Alberto fue llevar a un representante de
Naciones Unidas, y de ser posible vinculado con el Alto Comisionado de los
Derechos Humanos, en línea con las características del operativo. Procuraría
comunicarse con Michelle Bachelet, aunque el horario y la escasa disponibilidad
de tiempo jugaban en contra (el avión saldría en cuestión de horas). La otra
alternativa era acudir a algún otro organismo, como la Cruz Roja Internacional,
como garante en este tipo de operativos.
Por
su parte, Max encontró una solución muy directa: “Yo creo que lo mejor es que
tengamos dentro del avión a un civil de cancillería, a una persona de mi
extrema confianza; que además de mostrar que hay ciudadanos mexicanos en el
avión también podamos tener una comunicación fluida con él”.
La
segunda alternativa era “pájaro en mano”, y la primera, “cientos volando”. Si
Alberto no lograba comunicarse con Bachelet a esas horas de la madrugada (de
domingo a lunes), ya teníamos asegurado que en el avión viajaría personal civil
de la cancillería mexicana. Un importante escudo disuasorio ante cualquier
tentativa golpista contra ese avión humanitario.
Mientras
apuntalábamos el plan, Diego Pary cruzaba la frontera por el río Desaguadero
hacia Perú. Tiempo después me contó que utilizó su pasaporte común en vez del
diplomático para no despertar sospechas. Una vez a salvo en el consulado
boliviano de la ciudad de Puno, en la orilla peruana del lago Titicaca, podía
sumarse plenamente a nuestro operativo. Su principal misión consistía en
obtener un OK desde la torre de control de Chimoré que permitiera, primero, que
un avión mexicano penetrara en el espacio aéreo boliviano y, segundo, que
aterrizara en el lugar previsto. No lo tenía fácil, tal como evolucionaba el
golpe. Los militares habían tenido un rol difuso hasta ese domingo, pero a
partir de ahí se sumaron de lleno a la secuencia golpista. Era muy difícil que
existiera una mínima rendija entre ellos que viabilizara el operativo. Sin
embargo, Diego me decía que algunos miembros de las Fuerzas Armadas no estaban
de acuerdo con la decisión tomada y que quizás ahí podríamos encontrar a ese
“aliado” transitorio que nos abriera el pequeño hueco que necesitábamos en el
cielo boliviano. […]
El
avión ya estaba en Lima. Había aterrizado sin problemas, incluso un poco antes
de lo previsto. Desde ese momento, para iniciar la segunda fase, se debía tener
el dichoso “papel” que otorgaba el permiso de vuelo a la aeronave para llegar a
Bolivia. Un papel que nos evocaba lo peor de la burocracia, la antipática
burocracia, incómoda hasta en los momentos más inesperados.
Pero
esta vez no se trataba de un trámite administrativo, de un papel cualquiera.
Todos sabíamos que significaba un salvoconducto, un consentimiento por parte de
algún sector de las Fuerzas Armadas para que Evo pudiera seguir con vida. La
carta a favor era la presión internacional que significaba ese avión
humanitario procedente de México que acudía en rescate de Evo Morales. Pero
sabíamos que ese hecho podía no resultar suficiente para que se aceptara la
maniobra. No habían pasado ni veinticuatro horas desde la consumación del
golpe; todavía estaba el avispero muy agitado.
Había
disputas entre los poderes fácticos económicos, la Iglesia, algunos medios de
comunicación, la OEA de Almagro, algunos gobiernos extranjeros, la policía,
Carlos Mesa, Tuto Quiroga, los representantes del Oriente del país —como Fernando
Camacho y algún otro más— y el sector sedicioso de las Fuerzas Armadas. Había
muchos cargos vacantes, algunos fundamentales para lo que se quería de la nueva
Bolivia: desde la presidencia hasta el máximo responsable del nuevo Tribunal
Supremo Electoral (TSE). El Estado de facto estaba por confeccionarse. Bolivia
en construcción. O más apropiado: Bolivia en destrucción. […]
Con
el avión estacionado y a la espera del “papel”, teníamos que comunicarnos con
Álvaro para indicarle el horario preciso del vuelo de Lima a Chimoré, de modo
que ellos preparasen cómo acercarse al avión acompañados de una marea humana.
Evo
había planificado la única manera de lograr llegar con vida al avión en el caso
de que este pudiera aterrizar: aglutinar y coordinar a miles de hombres y
mujeres para formar un escudo humano de un tamaño suficiente como para disuadir
cualquier intento de balacera en su contra. Una jugada arriesgada, pero no
quedaba otra: Evo, Álvaro y Gabriela debían caminar hasta el aeropuerto
calculando el tiempo preciso para coincidir con el aterrizaje del avión
mexicano, y hacerlo rodeados y acompañados de una multitud que desaconsejara
cualquier intento militar o policial con armas de fuego, lo que ocasionaría una
masacre. Antes de las diez, le mandé un WhatsApp a Álvaro para actualizar el
escenario.
Le
mostraba las buenas noticias, pero le ocultaba las no tan buenas. No era
necesario añadir más zozobra a la situación de ellos, escondidos en el monte,
comiendo lo que podían y sabiendo que su vida corría un claro peligro. Lo mejor
—decidí— era, sin mentirles, no abrumarlos con los peores titulares. Un
equilibrio improvisado que tenía visos de desmoronarse en cualquier momento.
Nada parecía estable a esas horas del lunes. […]
Continué
empalmando llamada tras llamada. Lo siguiente era hablar con Alberto para
contarle de primera mano que estábamos en el aire: “El vuelo ya está volando”
(¡Qué hermosa redundancia!). Alberto había estado pendiente durante toda la
mañana de cada uno de los pasos, obstáculos y detalles precisos que iban
surgiendo en el fragor de la operación. Había hablado con Martín Vizcarra,
presidente del Perú, para pedirle por favor que apoyara en todo lo que fuera
necesario. Toda ayuda sumaba. La de Paraguay también. Había llamado a Mario
Abdo Benítez para asegurarse de que la predisposición activa que este había
mostrado la noche anterior siguiera intacta. Era importante garantizar que,
además de México con su rol principal, también estuvieran involucrados otros
gobiernos. […]
Y
de repente se me vino encima un jarro de agua helada, casi congelada. Max me
avisaba de lo siguiente: “Me dice el DG Fronteras que no dejaron entrar al
avión a espacio boliviano”. Ese mensaje en privado, con extensión formato
Twitter, significaba muchas cosas. Lo primero y primordial: el avión no puede
entrar en cielo boliviano. Lo siguiente e inminente era avisar a Álvaro que
debían abortar la operación de acercamiento a la pista de aterrizaje de
Chimoré. Dada la extrema gravedad, decidí telefonearle para explicarle con mayor
precisión que había que retroceder, que por ahora no sabíamos a ciencia cierta
si el avión podría reintentarlo o no. Le dije que íbamos a seguir gestionando
las diferentes alternativas, pero que lo aconsejable era frenar esa marcha
humana hacia el aeropuerto. Álvaro entendió a la primera todo el peligro que
entrañaba seguir caminando hacia adelante, y me dijo: “Nos detenemos, nos
regresaremos un poco a lugar seguro, y nos cuentan”.
El
entusiasmo mutaba en frustración. Pero en la voz de Álvaro percibía esa experiencia
en administrar situaciones extremas, en las que no se gana a la primera, a
veces tampoco a la segunda ni a la tercera, y hay que esperar a la cuarta, a la
quinta o cuando toque. La perseverancia es imprescindible en la vida, y más
cuando se trata de afrontar tiempos difíciles.
Estábamos
enfrascados de nuevo. Ahora con un avión que revoloteaba en el cielo, cerca de
la frontera aérea boliviana, pero sin poder entrar. Sabíamos que no podría
permanecer mucho tiempo así. No entendíamos muy bien de qué se trataba: si de
una orden política, o de otro trámite administrativo en medio del caos. El
Diario de España (https://bit.ly/3byRaEN)
EVO
MORALES Y RAFAEL CORREA LLEGARON A LA ARGENTINA PARA PARTICIPAR DE UN ACTO CON
ALBERTO FERNÁNDEZ
Los ex mandatarios
participarán en la Embajada de México de la presentación del libro “Evo:
Operación Rescate”, que cuenta la versión del ex mandatario boliviano de su
turbulenta salida del país en 2019
Infobae de Argentina
(https://bit.ly/3bS4VP7)
Evo
Morales fue el primero en llegar a Buenos Aires, anoche desde Bolivia, en un
vuelo que aterrizó en Ezeiza. Y este miércoles, en un avión privado, arribó el
ex presidente ecuatoriano Rafael Correa. Ambos vienen a reunirse con Alberto
Fernández luego de su gira por Roma, para el G20, y Glasgow, para la COP26.
De
no haber cambios, el Presidente argentino, que llegó esta mañana de Europa,
será el orador principal el jueves 4 de noviembre en la presentación del libro
“Evo: Operación Rescate. Una trama geopolítica en 365 días”, de Alfredo Serrano
Mancilla y editado por Sudamericana, que cuenta la turbulenta salida de Morales
de su país el 10 de noviembre de 2019, cuando después de numerosas denuncias de
fraude en las elecciones presidenciales, y una auditoría de la OEA en marcha
para evaluar las irregularidades, el líder del Mas renunció a la presidencia.
El
mandatario es el autor del prólogo del libro de Serrano Mancilla y asegura que
se trata de la “crónica de un instante”. Pieza clave en la salida de Bolivia
rumbo a México -aún no había asumido la presidencia argentina cuando Morales
renunció-, Fernández cuenta intimidades de aquel día: con quién estaba, cómo se
enteró de que el clima social en contra de su aliado político se agitaba y el
diálogo telefónico que mantuvo con el boliviano.
“Todo
ocurrió un mediodía de noviembre del 2019. En Buenos Aires almorzábamos junto a
Dilma Rousseff, Ernesto Samper, Marco Enríquez-Ominami y otros muchos amigos de
la patria latinoamericana dando clausura al encuentro del Grupo de Puebla.
Cuando servían el plato principal, el autor de este libro me susurró algo al
oído. Tengo a Evo en el teléfono… hay problemas en Bolivia’, me dijo”, revela
Fernández en el prólogo.
El
libro grafica la salida de Morales como un Golpe de Estado, califica de
cinematográfico el periplo del avión mexicano que lo sacó de Bolivia, y brinda
la visión de Morales sobre la actitud de Mauricio Macri - en ese momento
presidente en funciones de Argentina-, el rol de los gobiernos de Paraguay,
Perú y Ecuador, de la OEA y del Grupo de Puebla.
Además,
cuenta los primeros días de Morales en México, cobijado por el Gobierno de
Andrés Manuel López Obrador y las negociaciones de Fernández para que finalmente
se desplace a la Argentina, desde donde planificó toda la campaña electoral
boliviana, e incluso nominó a Luis Arce como su candidato a la presidencia.
“Con un estilo llano y ameno, con diálogos, llamadas, conversaciones por
WhatsApp y anécdotas íntimas y desconocidas”, promete la invitación a la
presentación.
En
la presentación del jueves en la embajada mexicana también hablará Correa, otra
pieza clave de la agenda latinoamericana del gobierno argentino. Como con Arce,
Fernández también respaldó públicamente al candidato presidencial del correísmo
en Ecuador, Andrés Arauz, pero la realidad fue otra por allí: el ex banquero
Guillermo Lasso obtuvo una contundente victoria en el ballotage del 11 de abril
pasado.
“Vengo
a la presentación del libro de un gran amigo mío. Alfredo lo que hace es narrar
las vicisitudes que tuvo que enfrentar Evo en Bolivia y cuando estaba volando.
Luego, si todo sale bien, cenaremos con el presidente Alberto Fernández”,
aseguró Correa en un breve contacto con Infobae esta mañana en Ezeiza.
No
sorprende la elección del jefe de Estado para el prólogo del libro, ni que
participe personalmente de la presentación. El ex presidente boliviano y
Fernández tienen una relación estrecha. El argentino apoyó explícitamente a
Morales cuando estaba en el país y también permitió que desde aquí motorizara
la campaña política que logró llevar a su candidato Luis Arce al Palacio del
Quemado.
“Por
mi parte, sentí que mi tarea había culminado en el mismo momento en que abracé
a Evo en la frontera que une Argentina con Bolivia y lo vi alejarse hasta
desaparecer en los brazos de una multitud que lo esperaba en su patria”,
escribió Fernández en el la introducción del libro que salió a la venta ayer.
El
próximo sábado, el Frente de Todos hará el cierre de la campaña electoral.
Correa, que le dijo a este medio que no estaba al tanto de este evento, se
quedará en el país hasta el domingo. Evo no informó precisiones sobre su
estadía en Buenos Aires. “No tenemos nada en agenda”, resumieron a Infobae
desde el entorno de Cristina Fernández de Kirchner ante la consulta sobre si
está previsto un evento para agasajar a los ex mandatarios más allá de la
presentación del libro. Sin embargo, cuando Fernández apoyó al candidato
correísta con una carta, la vicepresidenta lo recibió en el instituto Patria.
LATENTE
EN BOLIVIA INTENTOS DESESTABILIZADORES DE LA OPOSICIÓN
Radio Bayamo de Cuba
(https://bit.ly/3pZX9eb)
Los
intentos desestabilizadores de sectores opositores en Bolivia permanecen hoy
latentes, tras un nuevo llamado de paralizar el país la semana próxima, después
de las fracasadas tentativas de hace unos días.
La
convocatoria, denunciada aquí con claros intereses políticos, pretende dividir
a los bolivianos, alterar el orden y deslegitimar los avances económicos en
apenas un año del Gobierno de Luis Arce, según declaraciones de funcionarios y
dirigentes gremiales.
En
las últimas semanas, políticos y legisladores de la oposición promovieron una
campaña para deslegitimar la Ley 1386 de Estrategia Nacional de Lucha Contra la
Legitimación de Ganancias Ilícitas y el Financiamiento al Terrorismo.
La
cruzada impactó en diferentes gremios obreros y el sector informal, confundidos
por la propaganda opositora de que la normativa limitará su accionar, más el
Ejecutivo convocó al diálogo para dar explicaciones y pospuso en forma temporal
su aprobación definitiva.
Ayer
transportistas del departamento de Santa Cruz, en el este del país, descartaron
sumarse al paro convocado y mostraron la preocupación de los trabajadores por
la situación económica.
Parar
un día más es “dar gusto a personas que tienen un interés personal”, manifestó
Bizmar Daza, responsable del transporte urbano en esa parte de la nación
andina, considerada la más grande en extensión e importante del Estado Plurinacional
en el orden económico.
“Para
nosotros (la medida de fuerza) ya está fuera de lugar”, declaró Daza a una
televisora local .
Más
que parar “necesitamos reactivar la economía”, expresó el dirigente obrero y
aseguró que en Santa Cruz no acatarán el paro ni el transporte público, el
intermunicipal, ni el interprovincial.
El
vocero de la Presidencia Jorge Richter denunció la víspera que la huelga del 8
de noviembre busca desestabilizar el país y causar daños económicos.
Asimismo,
recordó que para evitar la confrontación entre los connacionales se decidió
retirar de la Asamblea Legislativa el proyecto de ley.
Valoró
que detrás de paralizar actividades hay una intencionalidad política que
desestima el desarrollo de la economía y la producción, en momentos que el país
muestra indicadores de recuperación tras el golpe de Estado de noviembre de
2019.
Richter
consideró al diálogo como el camino para solventar las diferencias y expresó
que las medidas de presión perturban la reactivación económica y la reconstrucción
de los espacios productivos, por lo que estas movilizaciones no son otra cosa
que políticas.
El
domingo la ministra de la Presidencia María Nela Prada alertó sobre los
intentos desestabilizadores y lamentó que algunos grupos busquen alianzas con
dirigentes de sectores populares y pongan como excusa esa normativa.
La
funcionaria aseguró que como Gobierno nunca atentarán contra los intereses
populares, la clase trabajadora y el pueblo boliviano, “no lo vamos a hacer”,
remarcó.
LAS
AMENAZAS A LA PROPIEDAD PRIVADA ENCIENDEN LAS ALARMAS EN UNA BOLIVIA GOBERNADA
POR ARCE
La Gaceta de España
(https://bit.ly/3GLMl9y)
El
asalto a la propiedad privada en Bolivia no es nuevo ni ha empezado con el
régimen de Arce Catacora en el último año. Sin embargo, con los cambios que ha
habido en el poder desde la caída de Morales en 2019, el Estado de Derecho está
cada vez más cerca de desaparecer por completo, y esta semana se ha marcado un
hito histórico en este sentido.
Las
últimas y más intensas ocupaciones ilegales de tierras y estancias se vienen
registrando aproximadamente desde el 10 de septiembre, por parte de grupos
irregulares afines al Movimiento al Socialismo (MAS) en Guarayos, provincia de
Santa Cruz.
Casi
como si se tratara del cumplimiento de aquella promesa que Morales hizo desde
Argentina a los militantes del MAS en enero de 2020, por medio de la radio
Kausachun Coca, de que a su retorno al país organizaría “milicias armadas del
pueblo como en Venezuela”, la pasada semana el país vio cómo un grupo irregular
fuertemente armado capturó en Las Londras, Guarayos, a 17 personas
(empresarios, trabajadores agropecuarios, periodistas, coroneles y sargentos de
policía entre ellas).
Las
tuvieron secuestradas y torturaron durante 12 horas, y debido a las graves
heridas que sufrieron, algunas tuvieron que ser atendidas de manera urgente con
intervención quirúrgica.
Por
su lado, el ministro de Gobierno Eduardo del Castillo, envió al lugar un
contingente de 200 policías armados 72 horas más tarde, que no encontraron más
que un campamento clandestino abandonado.
Igualmente,
el gobernador de Santa Cruz, Luis Fernando Camacho, también se hizo presente 72
horas más tarde en el lugar “para frenar” a los grupos irregulares.
Curiosamente
hasta hoy -cinco días más tarde- no hay un solo detenido, y además el
comandante de la Policía Nacional, Jhonny Aguilera, dijo sobre este hecho que
no fue más que “un altercado”. Pero, lo que es peor aún, es que las Fuerzas
Armadas ni siquiera se han pronunciado sobre el hecho.
Sobre
las declaraciones de Aguilera, la Asociación de Periodistas de Santa Cruz ha
salido al paso rechazándolas y afirmando que aquellos hechos constituyeron
secuestro y tortura, y no un simple altercado. Además exigieron a la fiscalía
que investigue a uno de los encapuchados, dado que las víctimas pudieron
identificarlo.
Para
mayor espanto, dicho grupo irregular armado -que dice pertenecer a la
Federación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia (CSUTCB) afín
al MAS- ha ejercido presión hasta lograr la destitución de dos fiscales que
habían iniciado investigaciones debido a las denuncias que hicieron las
víctimas.
Entretanto,
las tierras y estancias invadidas y que consiguieron a tiros, siguen en poder
de estos grupos irregulares.
A
todo esto, cabe preguntarse entonces, ¿Dónde puede refugiarse la ciudadanía,
¿Cómo se puede proteger la propiedad privada en el país si las instancias
llamadas a intervenir en su defensa no sólo no interfieren, sino que incluso
parecen encubrir?
No
habrá que olvidar, pues, que durante meses se desarrolló una marcha de
indígenas del oriente del país en reclamo por el avasallamiento de cocaleros
del Chapare, que el régimen de Arce no atendió sino sólo sobre el final, y sin
que hubiera acuerdos claros.
Asimismo,
tampoco habrá que olvidar que hubo encapuchados del denominado «Ejército
Guerrero Wila Lluch’us» (gorros rojos), que amenazaron con incendiar la casa de
la presidenta de la Asamblea Permanente de Derechos Humanos de Bolivia (APDHB),
Amparo Carvajal, sobre lo que el ministro de Gobierno afirmó que se trataba de
un montaje. Que el audio de los videos había sido modificado.
Todos
estos hechos recientes han quedado impunes durante el régimen de Arce de la
misma manera que quedaron muchos otros similares durante el régimen de 13 años
de Morales.
En
rigor, lo último que queda de la institucionalidad democrática de la otrora
República de Bolivia está siendo aplastada por el Estado Plurinacional, a la
misma velocidad en que al régimen de Arce cae en cuenta de que ha perdido todo
el control sobre la gestión de la crisis económica -no consigue financiamiento-
y la gestión de la crisis sanitaria –ha tenido que tirar a la basura 128.000
dosis AstraZeneca y otras de Johnson & Johnson-, y de que empieza a
enfrentarse a mayores conflictos políticos por las denominadas “leyes malditas”
que terminan con la presunción de inocencia en el país.
Esto
es parte del cóctel explosivo del socialismo de Arce al que nos referimos
recientemente, y que se intensifica de manera cada vez más acelerada.
Unos
afirman que se trata de la construcción del escenario caótico ideal para el
retorno de Morales al poder. Otros sostienen que es el pretexto para que Arce
implemente el uso de la fuerza sobre la ciudadanía, pero no necesariamente para
que Morales retorne.
Y
finalmente, están quienes con más cautela interpretan este caos como la
implosión inevitable del MAS. Aunque eso no signifique que el país vaya a vivir
pronto mejores días.
Como
sea, van por todo, y seguirán avanzando sobre los derechos individuales de
propiedad privada en la medida que la sociedad civil organizada lo permita.
EL
CASTROCHAVISMO EN PERÚ BAJO LA PRESIDENCIA DE CASTILLO
La República de Ecuador
(https://bit.ly/3q00xWr)
En
tres meses de gestión el Presidente de Perú Pedro Castillo ha dejado muy clara
su pertenencia y dependencia al socialismo del siglo XXI o castrochavismo y la
decisión de repetir el plan -ya aplicado en Bolivia- para destruir la “Nación
Peruana” y suplantarla por un “estado plurinacional”, realizar expropiaciones
comenzando con la “nacionalización de Camisea” e institucionalizar un
“narcoestado” a partir de la producción de cocaína.
Inestabilidad,
incertidumbre, inseguridad y confusión, parecen insuficientes para describir
los tres primeros meses de Pedro Castillo como Presidente de Perú, pero sirven
para demostrar con absoluta claridad que el país está en manos del mismo grupo
trasnacional que detenta el poder en Cuba, Venezuela, Bolivia y Nicaragua. La intervención
pública del castrochavismo es abierta con Evo Morales y los operadores del Foro
de Sao Paolo desde antes del proceso electoral y es discreta pero no secreta
desde las embajadas de Cuba y Venezuela.
La
prueba plena de que el Perú está en manos del castrochavismo, la da la más
solida de las políticas ejecutadas por Castillo, la política exterior, con la
que ha pasado al respaldo pleno a las dictaduras del socialismo del siglo XXI y
ha integrado al Perú al grupo de países que junto con México de López Obrador y
Argentina de Fernández-Kirchner respaldan los regímenes violadores de derechos
humanos, encubren la existencia de presos, torturados y exiliados políticos y
apoyan que detenten el poder con terrorismo de Estado.
La
técnica castrochavistra en la primera etapa de sus gobiernos es dividir la
oposición y la opinión pública nacional e internacional entre los que confían
en el gobierno y los que no. Hacer creer que el gobierno no es una amenaza, que
será “controlable” hasta que venza su mandato y que se lo puede educar e
incluso ayudar.
La
formación del gobierno de Castillo con su gabinete cuestionado, las crisis y
renuncias e inestabilidad que esto ha producido, deben ser vistos como
mecanismos que están midiendo la consistencia de la opinión pública y de un
parlamento en manos de una oposición fraccionada. Se trata de provocar para
paralizar al Poder Legislativo o hasta que Castillo como Presidente pueda usar
la facultad constitucional de disolver el parlamento, evitando hasta tanto una
mayoría que pueda declarar la vacancia presidencial.
El
plan del castrochavismo para el Perú está confesado y es clarísimo, se trata de
instalar en Perú el modelo impuesto en Bolivia. Castillo lo ha expresado sin
lugar a dudas al plantear la “constituyente para establecer un estado
plurinacional”, anunciar confiscaciones y expropiaciones de industrias como el
gas con el aviso de la “nacionalización de Camisea” y empezar la apertura a los
cultivos ilegales de coca que son la base para el incremento de la producción
de cocaína.
La
instalación de un estado plurinacional busca la “destrucción de la nación
peruana” para reemplazarla por numerosas nacionalidades que permiten la
división, la confrontación y la manipulación. Este modelo ha sido exitosamente
ejecutado en Cuba. Bolivia y Venezuela, en el marco de la estrategia de
multiplicación de los ejes de confrontación. En el caso peruano como en el
boliviano se incentiva el indigenismo para fraccionar la base social.
Lo
que denominan nacionalizaciones son confiscaciones o expropiaciones para pasar
a control del gobierno industrias rentables que en el caso del Perú son el gas,
eventualmente la pesquería y la minería. El resultado siempre ha sido la
liquidación de la industria y más dependencia y pobreza para los pueblos. La dictadura
de Cuba acabó la industria azucarera; la dictadura de Venezuela ha destruido la
industria petrolera; la dictadura Bolivia ha deshecho la explotación de gas.
Los
regímenes del socialismo del siglo XXI son constructores de narcoestados porque
usan el poder político y el gobierno para hacer, favorecer, proteger y de
cualquier forma participar en el narcotráfico. Fidel Castro lo hizo teniendo
como socios al colombiano Pablo Escobar y al boliviano Roberto Suarez y para
tapar sus crímenes llegó al fusilamiento del general Ochoa. Hoy Venezuela es el
eje del narcotráfico que articula la producción de cocaína de Bolivia, las FARC
y ELN de Colombia. Bolivia con el cocalero Evo Morales ha legalizado cultivos
de coca destinados a la cocaína, ha expulsado a la DEA y aumentado la
producción de droga.
Perú
es el segundo productor de coca en el mundo. El primero es Colombia y el
tercero Bolivia. Con la “legalización de los cultivos en las cuencas cocaleras”
ya propuesta, Perú podría ser el primero y con la repetición de los sistemas de
“lucha soberana contra el narcotráfico” impuestos en Bolivia, será en breve
otro narcoestado.
LA
CIDH INSTA A BOLIVIA A PROTEGER A LAS NIÑAS DE LA VIOLENCIA SEXUAL Y GARANTIZAR
SUS DERECHOS REPRODUCTIVOS
Market Research Telecast
(https://bit.ly/3BDt5ah)
La
Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) lanzó este martes un
comunicado instando a las autoridades bolivianas a “ cumplir con su obligación
de proteger a las niñas y adolescentes de la violencia sexual y garantizar sus
derechos sexuales y reproductivos”, dado el grave contexto que atraviesan. en
el país multinacional.
El
pronunciamiento de la entidad dependiente de la Organización de Estados
Americanos (OEA) se produce en medio de la polémica por el caso de una niña de
11 años que quedó embarazada y, por el momento, no se habría realizado un
aborto.
La
Defensoría del Pueblo de Bolivia también denunció una presunta intromisión de
la Iglesia Católica , personal médico y autoridades del municipio de Yapacaní,
incidiendo en el círculo íntimo de la víctima para evitar la interrupción del
embarazo, producto de la violación.
En
este contexto, la CIDH señaló que “el embarazo de niñas y adolescentes víctimas
de abuso sexual pone en riesgo su vida , salud física y mental, y afecta su
autonomía integral. También destacó que las víctimas ”deben tener acceso rápido
y oportuno a los servicios de salud, y a toda la información científica para
que tanto ellos como sus familiares puedan tomar decisiones y dar su
consentimiento sobre cualquier procedimiento, sin que esto represente un riesgo
para sus vidas, o afectando a otros derechos ”.
En
medio de la presentación que recibió el caso Yapacaní, la Comisión recordó que
“el Estado también debe garantizar la confidencialidad y privacidad ,
resguardando a los mismos de cualquier tipo de opiniones y / o información no
científica por parte de personas que laboran como funcionarios de instituciones
públicas. y / o terceros, que puedan interferir en sus decisiones ”.
El
flagelo del embarazo en la adolescencia
El
organismo de derechos humanos destacó que “Bolivia tiene una de las tasas de
embarazo adolescente más altas de la región”. Citando datos del Ministerio de
Salud local, explicó que “entre enero y julio de 2021 hubo 22.221 embarazos
adolescentes, con una proyección de aumento para el segundo semestre del año ”.
Ante
este difícil escenario para muchas niñas bolivianas, instó al Estado a “hacer
su mejor esfuerzo para erradicar la violencia contra las mujeres, niñas y
adolescentes, fortaleciendo las instancias de atención oportuna y adecuada,
garantizando el acceso a los servicios de salud e información”. . Todo ello,
“en cumplimiento de su normativa interna y acuerdos internacionales ”.
Además,
destacó la importancia de “que los Estados desarrollen políticas y programas
que faciliten el acceso a una educación sexual de calidad adaptada a la edad”.
QUEMADOS
POR EL SOL: LAS TIERRAS ALTAS DE BOLIVIA SUFREN BAJO LOS FEROCES RAYOS
ULTRAVIOLETA
Yahoo de España
(https://bit.ly/3q3aIJY)
La
ciudad boliviana de La Paz ha sido golpeada por una ola de calor inusual, con
niveles de radiación ultravioleta (UV) fuera de lo común, exacerbados por
niveles extraordinariamente bajos de cobertura de nubes que algunos expertos
vinculan al cambio climático.
Los
niveles de radiación ultravioleta han llegado, en ocasiones en las últimas
semanas, a 21 en una escala que normalmente solo sube hasta 20. Según la
Organización Mundial de la Salud (OMS), un índice ultravioleta de 11 se
considera "extremo", y se advierte a las personas que eviten la
exposición al sol.
"El
sol está quemando. Ya no es normal", dijo Segundina Mamani, residente de
La Paz, mientras la gente de la ciudad ubicada a 3.600 metros sobre el nivel
del mar trataba de mantenerse fresca comiendo hielo y manteniéndose en las
sombras.
Las
regiones andinas de gran altitud de América del Sur pueden ser afectadas por
algunos de los niveles más peligrosos de radiación UV en el mundo, con números
que a veces han alcanzado cifras récord de más de 40 en el índice.
"Literalmente
en estos cinco días nos hemos cocinado en la ciudad de La Paz", dijo Juan
Pablo Palma, funcionario de gestión de riesgos del gobierno municipal.
Mientras
líderes mundiales se reúnen en Glasgow para la conferencia climática de la
COP26 en medio de advertencias sobre el cambio climático, algunos científicos
bolivianos dijeron que los cambios en los patrones de lluvia estaban agudizando
los efectos de la radiación UV al reducir la cobertura de nubes.
"Hemos
confirmado en realidad lo que muchos dicen: que la época de lluvias puede traer
la misma cantidad de lluvia, pero en un periodo más corto", dijo Luis
Blacutt, investigador del laboratorio de física atmosférica en La Paz, quien ha
hecho modelos de cambio climático para estudiar la tendencia.
Mientras
que algunas lluvias aliviaron el calor esta semana, el laboratorio espera que
los altos niveles de UV duren al menos otra semana en noviembre.
"Eso
quiere decir que el desarrollo de la nubosidad se retrasa, el ingreso de
radiación ultravioleta se nota más. Ahora que hay ausencia de nubes, tenemos un
ingreso de una gran cantidad de radiación ultravioleta que afecta a la
población en general", explicó Blacutt.
RAPTÓ
A SU HIJA EN MELCHOR ROMERO Y QUISO PASAR LA FRONTERA HACIA BOLIVIA
Editor Platense de
Argentina (https://bit.ly/3k0SpBh)
Días
de tensión para una madre, cuando el viernes notó que el padre de su hija se
había llevado a la menor de año y medio sin su permiso. Lo que menos pensó es
que estaría tan lejos de su casa, en la frontera con Bolivia.
La
denuncia la hizo ese mismo día, cuando el hombre, de 26 años y de nacionalidad
boliviana, se la llevó de su vivienda de 526 entre 163 y 164.
Se
lo detuvo en la terminal de micros de Libertador San Martín, Jujuy. Tenía falsa
documentación, tanto para él como para la menor.
Actuó
la Comisaría 14ta, de Melchor Romero, como también Policía de Trata de Personas
de la Provincia de Jujuy y personal de la Gendarmería Nacional.
Fue
un móvil policial hacia la frontera con el país vecino, en donde además de los
oficiales viajó la madre de la menor. Un viaje de casi un día, con el fin de
reencontrarse con su hija tras tantos días de no saber dónde estaba.
La
causa quedó caratulada como "Sustracción de menor", él imputado y a
cargo de la Unidad Funcional en Turno UFI N° 5.
VIVIR
EN COLOR A UN SOPLO DEL CIELO: AQUÍ ESTÁN LOS "CHOLETS", LAS NUEVAS
CASAS DE LA BURGUESÍA BOLIVIANA
Los extraños edificios,
cuyo nombre es una síntesis de las palabras "cholo" y
"chalet", son el símbolo de la identidad aymara que ganó peso
económico con la presidencia de Evo Morales.
La República de Italia
(https://bit.ly/3EI96sS)
Mi
pregunta toma desprevenido a Rene Calisai : “¿El baño? En realidad no sé dónde
está ”, responde rascándose la cabeza con una risa nerviosa. Calisai, un hombre
de negocios de 56 años con una cabellera negra por la que mataría la mitad de
los hombres de su edad, está perdido en su casa, un edificio de cinco pisos de
colores brillantes. Los salones tienen ventanas hasta el techo y candelabros de
cristal. Casas como la de ella se llaman cholet y son el símbolo de la nueva
burguesía indígena que ha surgido en Bolivia durante la última década.
"Creo que hay uno detrás de esta columna", recuerda de repente mi
anfitrión. De hecho está ahí, una habitación de treinta metros cuadrados con
cuatro aseos y cuatro lavabos. Los "cholets" siempre te dejan sin
palabras.
Los
dueños de estas casas son ricos comerciantes que llegaron a El Alto , un pueblo
cercano a La Paz ubicado a más de 4000 metros sobre el nivel del mar, entre los
años 70 y 80. Originarios de provincias donde la gente trabajaba en el campo o
en las minas y padecía hambre, al principio llevaban aquí una vida modesta,
viviendo en un pueblo dormitorio construido sobre suelo polvoriento y sufriendo
el desprecio de los habitantes de la capital. A las cholas , las mujeres
indígenas que visten los típicos bombines y faldas largas de colores, no se les
permitió ingresar a los hoteles ni a los cines. Si querían tomar un avión, lo
que rara vez era el caso, las aerolíneas los obligaban a usar pantalones.
Con
el tiempo, se convirtieron en comerciantes, poniendo en práctica una habilidad
que habían poseído durante siglos. El Alto está lleno de tiendas, talleres,
mercados y pequeñas fábricas. Puedes encontrar de todo allí. Así, durante los
gobiernos de Evo Morales (2006-2019) floreció una nueva clase social. Toda esta
riqueza encuentra su expresión en el “cholet”, palabra que mezcla “cholo”,
término que significa mestizo, utilizado hasta hace poco en sentido despectivo,
con “chalet”, término que resume todas las aspiraciones. La ciudad se llenó de
estos edificios decorados con diseños geométricos y colores vivos típicos de
los tejidos del pueblo aymara.
El
inventor de este estilo bastante excéntrico es Freddy Mamani, arquitecto de
origen humilde, hijo de albañil. Esta mañana se suponía que iba a hacer una
visita guiada al “cholet” de Calisai, pero está muy ocupado. Aparece en las
revistas de arquitectura más prestigiosas del mundo y los festivales de diseño
compiten por ella. Según algunas voces críticas, sus edificios son feos y
extravagantes, pero los críticos son minoría. Calisai, que se enriqueció con el
transporte pesado, caminó por la calle hace doce años y se encontró con una
obra de Mamani y le llamó la atención. "Qué lindo", pensó. Él y su
esposa tardaron un tiempo en ponerse en contacto con “el ingeniero”, como lo
llaman, pero cuando lo hicieron, le hicieron una propuesta irresistible: le
dieron carta blanca. Mamani podría haber construido lo que quería.
“Puedo
decir con orgullo que los directores regionales de dos bancos diferentes han
venido aquí para competir por el financiamiento del proyecto”, dice Calisai con
una media sonrisa que deja al descubierto sus dientes de oro. Dice que tendrá
que trabajar hasta el último de sus días para pagar la hipoteca de 350.000
dólares que sacó, pero es difícil de creer. Parece más bien que quiere hacer
alarde de sus orígenes humildes y al mismo tiempo mantener alejados a los
familiares que podrían pedirle un préstamo. El valor del edificio ha aumentado
mucho, pero encontrar un comprador no parece una tarea fácil: “A menos que lo
pongas a la venta al precio de un pollo muerto”, dice Calisai.
Detrás
de él, a través de las ventanas, se puede ver a los trabajadores en un andamio.
Sus intenciones son todo menos modestas. Están dibujando los brazos y los ojos
de un robot naranja de la película Transformers en la fachada de un motel.
Inspirándose en los “cholets”, otros arquitectos se han atrevido. La ciudad,
una jungla de ladrillos, se llenó de repente de extravagantes edificios. No es
raro ver una torre Eiffel en una fachada o una estatua de la libertad o un
Titanic en una terraza. Hay quienes dicen haber visto edificios con formas muy
extrañas y al principio les cuesta creerlo, pero después de unos días en El
Alto, por la altura y el sol abrasador, comienzan a pensar que aquí todo es
posible. .
Sin
embargo, por extraños que sean, son edificios diferentes. En cholets reales,
como en el que estoy, la planta baja se utiliza como local comercial y en el
primer piso hay una gran sala de fiestas. Por una suma de entre $ 500 y $ 1000,
se puede alquilar para una fiesta de boda, bautizo o cumpleaños número 15.
"¿Lo usas alguna vez para tus ceremonias?" Yo le pregunto. “No, solo
lo usamos para la inauguración, tuvimos 500 invitados”. “¿Hubo alguna
celebridad? ¿Quizás el presidente? "No, la gente de El Alto no es tan
importante, las celebridades no nos consideran". Varios candelabros en
forma de pajarita cuelgan del techo y las columnas son decididamente barrocas.
Los murales de las paredes reflejan motivos andinos.
Calisai,
hijo de una pareja de campesinos pobres que tuvo ocho hijos, vive arriba con su
esposa y dos hijos. Ha reservado un piso entero para su familia y abre los
demás a los visitantes. La superficie total es de 2.800 metros cuadrados. Desde
el último piso se puede disfrutar de una espléndida vista de los Andes, está lo
más cerca del cielo que puede haber.
Los
cholets no surgen en barrios exclusivos, porque en El Alto, ciudad de 950.000
habitantes, no hay ninguno. A su alrededor tienen casas modestas, vertederos y
lotes baldíos. Calisai cuenta, de manera teatral, que a veces, cuando llega a
casa, lo mira y tarda unos segundos en darse cuenta de que es suyo. “¿No se le
habría ocurrido vivir en un palacio?”, Le pregunto. “Me honra que lo llames
así. Gracias".
ALTO
CONSUMO DE LITIO IMPACTA AL AGUA; SE REQUIEREN BILLONES DE LITROS PARA SU
EXTRACCIÓN
El Heraldo de México
(https://bit.ly/31rq40t)
La
extracción del litio en México podría requerir el uso de hasta tres billones
400 mil litros de agua, cifra que equivale al consumo del líquido vital de una
persona promedio durante 24.5 millones de años, de acuerdo con consultorías y
expertos.
Esa
cantidad de agua también sirve para producir 261 mil millones de tomates, 48
mil millones de manzanas, o 136 mil millones de papas, para los cuales se
requieren 13, 70, y 25 litros, en promedio, por cada producto, según la
Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y Agricultura.
Se
estima que en México hay un millón 700 mil toneladas de reservas de litio, en
Zacatecas, Puebla, San Luis Potosí, Michoacán, Chihuahua y Sonora, según
Caraiva y Asociados y datos del Servicio Geológico Mexicano.
En
Argentina, Bolivia y Chile, la extracción del mineral se realiza a través del
método de vaporización, en donde el material en bruto llamado salmuera se
coloca en piletas de agua dulce y se deja evaporar para separar las impurezas
del metal; luego el litio se transporta a plantas de purificación donde se le
aplica carbonato de sodio, el cual termina limpiando todos los residuos del
mineral.
Para
obtener una tonelada del mineral se necesitan entre 1.5 y dos millones de
litros de agua. Para los expertos, esta actividad puede tener un impacto
considerable en el medio ambiente.
“No
es solamente la cantidad de agua que se usa, sino los lodos que va a generar en
el proceso; todos los lodos y residuos de las mineras son contaminantes”, dijo
Maytoncé García, experto ambientalista.
Ramsés
Pech, especialista de Caraiva y Asociados, explicó que generalmente se utilizan
reservas de acuíferos porque en los lugares donde se encuentran las minas de
litio no hay lagos o mares cerca.
Aclaró
que en nuestro país, la industria de litio aún es incipiente, por lo que no
está definido qué tipo de recursos y cómo se implementaría el método para
extraer el denominado “oro blanco”.
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