Una vez más el Movimiento Al Socialismo muestra su poder de convocatoria que emana desde las raíces más profundas del pueblo y demuestra que los partidos de oposición están más alejados de la realidad que vive el país.La Marcha por la Patria y la Democracia demuestra que dos ciudades no son toda Bolivia y que hay un pueblo movilizado y dispuesto a defender la decisión de los bolivianos que se refleja en las urnas.
La Marcha por la Patria es un espaldarazo a la buena gestión del Presidente Luis Arce y le gana la pulseta a las mal denominadas marchas, paros o bloqueos por la libertad y democracia, intentando mostrar que el país vive en una profunda crisis, cuando la realidad es otra.
EL MAS MUESTRA SU MUSCULATURA...
En su última
jornada la Marcha por la Patria en apoyo al presidente boliviano Luis Arce y a
la democracia arribará hoy a La Paz, tras partir el pasado martes del
departamento de Oruro.
En la caminata
de más de 200 kilómetros participan integrantes de la Central Obrera Boliviana
y del Pacto de Unidad formado por entes como la Confederación Sindical Única de
Trabajadores Campesinos.
También
transitan representantes de la Confederación Nacional de Mujeres Campesinas
Indígenas Originarias-Bartolina Sisa y la Confederación Sindical de Comunidades
Interculturales Originarias, de acuerdo con reportes de la Agencia Boliviana de
Información.
La relación de
instituciones sociales participantes comprende al Consejo Nacional de Ayllus y
Markas del Qullasuyu y a la Confederación de Pueblos Indígenas del Oriente
Boliviano, entre otras.
Según
estimaciones del líder del Movimiento al Socialismo, Evo Morales, la marcha
pasará del millón de caminantes cuando llegue este lunes a la sede de Gobierno,
ocasión en que “vamos a reventar La Paz con una vocación democrática, y con una
convicción revolucionaria”, dijo.
“Marchamos
unidos para defender Bolivia, su democracia y su gobierno democrático. Somos un
pueblo digno que nunca más permitirá atentados golpistas a la Patria”, subrayó
Morales.
Este sábado el
presidente Arce se sumó a la caminata y destacó el simbolismo de unidad de la
marcha y el mensaje de trabajo y desarrollo contra sectores que buscan el
estancamiento del país por intereses de grupos externos.
El mandatario
reiteró que Bolivia necesita trabajar, salir de la crisis y avanzar, pero
denunció que “hay gente que no quiere que avancemos, hay gente que quiere que
nos estanquemos porque responde no solo a sus intereses personales de grupos,
sino también a intereses internacionales”.
El evento
recibió el apoyo y solidaridad internacional, como lo demuestra la presencia en
su recorrido de los embajadores de Argentina, Ariel Basteiro, y de Nicaragua,
Elías Chévez.
Basteiro
calificó este suceso como un acto democrático de «defensa de los valores que
llevaron a Evo Morales en el 2005 al Gobierno y todo el proceso de cambio que
se vive en Bolivia incluso hoy también con Lucho (Arce)».
«Bolivia no está
sola, estamos los pueblos de Latinoamérica para acompañar y seguir bregando por
la patria grande», proclamó.
El diplomático
argentino anunció que asistirá a la concentración del fin de la marcha en la
plaza de San Francisco en La Paz, «para mostrar a toda Latinoamérica que hay un
pueblo movilizado en defensa de la democracia».
ONU NOMBRA A
GRUPOS BOLIVIANOS GOLPISTAS COMO PARAMILITARES
Telesur de Venezuela
(https://bit.ly/3o451Ko)
El Comité Contra
la Tortura de la Organización de Naciones Unidas (ONU) nombró a los grupos
bolivianos Resistencia Juvenil Cochala y a Resistencia Juvenil Cruceñista,
contrarios al Gobierno del presidente Luis Arce, como grupos paramilitares.
Dicha valoración
está fundamentada en la actuación de estos grupos, mediada según la
organización internacional por financiación y cooperación con las fuerzas de
seguridad del país durante el golpe de Estado contra el entonces mandatrario
Evo Morales en 2019.
El presidente
del Comité contra la Tortura de la ONU, Claude Heller Chairperson precisó que
estos grupos “justificaban su acción en defensa de la democracia para apoyar en
barrios a los opositores de Evo Morales durante paros y bloqueos”.
El relator Claude
Heller Chairperson remarcó también que en Bolivia se dieron acciones de racismo
y discriminación en 2019 e indicó asimismo que durante el Gobierno de facto de
Jeanine Áñez ocurrieron hechos como la quema de la wiphala (bandera indígena)
en “un acto de venganza e incitación al odio”.
“Los hechos de
discriminación se expresaron en acciones de militares y policías, y la
represión y el lenguaje racista se dirigieron en contra de la población
movilizada, que en su mayoría era indígena, obrera y campesina, tal como
ocurrió en Betanzos, Yapacaní, Montero, Sacaba y Senkata”, acotó el
funcionario.
Según un informe
publicado por el Ministerio de Justicia boliviano dichos grupos estuvieron
financiados por organizaciones denominadas pititas y además contaban con la
cooperación de las fuerzas de seguridad nacional.
Por otra parte,
el portavoz de la delegación boliviana en la 72 Sesión del Comité contra la
Tortura, en el marco de la Convención contra la Tortura y Otros Tratos o Penas
Crueles, el viceministro de Justicia y Derechos Fundamentales, César Siles,
dijo que los procesos judiciales abiertos contra la expresidenta de facto se
encuentran en revisión por ser “juicios de responsabilidades que podrían o no
seguir su curso, dependiendo del reconocimiento o no de su condición legítima y
legal de presidenta”.
EL LINENSE QUE
RESCATÓ A EVO MORALES
El doctor en Economía Alfredo Serrano
se convirtió en protagonista de la evacuación del presidente de Bolivia en
noviembre de 2019. Su papel fue clave como intermediario en medio de unos días
convulsos que relata en un libro presentado en Buenos Aires
Europa Sur de España
(https://bit.ly/3I1m5Zk)
El 10 de
noviembre de 2019 casi nadie sabía dónde estaba el presidente de Bolivia, Evo
Morales, cuando anunció su renuncia al cargo después de 14 años en medio de lo
que muchos consideran un golpe de Estado en toda regla. Un reducido grupo de
personas trabajaba para ponerlo a salvo fuera del país junto a la entonces
ministra de Salud, Gabriela Montaño, y el entonces vicepresidente boliviano,
Álvaro García Linares. En la primera línea de aquellas gestiones para rescatar
al presidente se encontraba un linense, Alfredo Serrano Mancilla, que acaba de
lanzar un libro sobre lo que vivió como protagonista de aquellos días. Evo:
Operación Rescate: una trama geopolítica en 365 días, fue presentado el jueves
en Buenos Aires.
Serrano Mancilla
es un doctor en Economía cercano en su origen a Podemos, en el que no milita,
que es director desde 2014 del Centro de Estudios Estratégicos Latinoamericano
de Geopolítica (CELAG), con sede en Quito. En 2016, su nombre saltó a los
medios de comunicación de todo el mundo cuando se convirtió en el cerebro de la
nueva política de Nicolás Maduro para resolver la crisis en Venezuela. En
aquellos días, el líder bolivariano no dudó en calificarlo como "el
Jesucristo de la economía" y "el teórico de la economía
cristiana".
En noviembre de
2019, Serrano Mancilla recibió, en Argentina, una llamada de Álvaro García
Linera, el vicepresidente boliviano al que conocía desde hacía ya un tiempo. El
dirigente le transmitió entonces que la situación en el país era crítica y que
la vida de Evo corría peligro. Se había refugiado en la zona del Chapare, en
Cochabamba, junto a García Linera y la ministra de Salud, Gabriela Montaño,
para evitar que lo capturaran los responsables del golpe de Estado.
El linense se
puso manos a la obra para contactar con aquellos gobiernos que pudieran
ayudarlos. Llamó primero a Alberto Fernández, el presidente entrante de
Argentina y también al gobierno mexicano. "Tuvimos infinitas llamadas,
infinitos diálogos. Me tocó vivirlo en primera persona siendo fundamentalmente
telefonista y pegamento en medio de tantos actores relevantes, como lo fue el
gobierno mexicano, que respondió que sí ante la pregunta loca de si podía
mandar un avión a buscar a Evo", afirmó el linense en declaraciones La
diaria. "Alberto Fernández también lo intentó con el presidente saliente,
Mauricio Macri, que le dio una negativa, a pesar de que le fue planteado como un
asunto humanitario. Seguidamente llamó al presidente paraguayo, Mario Abdo,
que, a pesar de las diferencias ideológicas, sí aceptó", continuó.
Cuando Morales
prefirió escapar con un avión de México, comenzó lo que Serrano Mancilla
considera un thriller. El entonces presidente de Perú Martín Vizcarra había
dicho que sí ayudaría, después dijo que no, y al final impidió la vuelta vía
Lima a repostar combustible. "El último episodio fue el del gobierno
ecuatoriano, con [el ahora expresidente] Lenin Moreno, porque desde la torre de
control de Guayaquil se negó el paso por espacio aéreo ecuatoriano al avión, ya
con Evo, Álvaro y Gabriela adentro, y hubo que modificar el trayecto",
relata Serrano mancilla.
Horas antes de
su renuncia, el dirigente boliviano había anunciado la convocatoria de nuevas
elecciones generales tras el informe de la Organización de Estados Americanos
(OEA) que recomendaba la repetición de la primera ronda de los comicios
celebrados el 20 de octubre que le dieron como ganador. Las Fuerzas Armadas y
la Policía boliviana pidieron a Morales su renuncia para pacificar el país.
Entonces fue cuando decidió marcharse para evitar males mayores.
"La idea
era transmitir cómo se tejió la trama después del golpe. Las historias fueron
muchas y rescato particularmente los gestos de solidaridad", explicó el
autor durante la presentación del libro, que relata también el exilio del
dirigente boliviano en México y Argentina y el retorno a su país, a un año del
golpe y ya con su partido, el Movimiento al Socialismo (MAS), otra vez en el
gobierno, con Luis Arce como presidente.
SEGUNDA OLEADA
PROGRESISTA EN AL / ÁLVARO GARCÍA LINERA
La Jornada de México
(https://bit.ly/3p8i4K2)
El mundo está
atravesando una transición política-económica estructural. El viejo consenso
globalista de libre mercado, austeridad fiscal y privatización que encandiló a
la sociedad mundial durante 30 años, hoy se ve cansado y carece de optimismo
ante el porvenir. La crisis económica de 2008, el largo estancamiento desde
entonces, pero principalmente el lockdown de 2020 han erosionado el monopolio
del horizonte predictivo colectivo que legitimó el neoliberalismo mundial. Hoy,
otras narrativas políticas reclaman la expectativa social: flexibilización
cuantitativa para emitir billetes sin límite; Green New Deal, proteccionismo
para relanzar el empleo nacional, Estado fuerte, mayor déficit fiscal, más
impuestos a las grandes fortunas, etc., son las nuevas ideas-fuerza que cada
vez son más mencionadas por políticos, académicos, líderes sociales y la prensa
del mundo entero. Se desvanecen las viejas certidumbres imaginadas que
organizaron el mundo desde 1980, aunque tampoco hay nuevas que reclamen con
éxito duradero el monopolio de la esperanza de futuro. Y mientras tanto, en
esta irresolución de imaginar un mañana más allá de la catástrofe, la
experiencia subjetiva de un tiempo suspendido carente de destino satisfactorio
agobia el espíritu social.
América Latina se
adelantó a estas búsquedas mundiales hace más de una década. Los cambios
sociales y gubernamentales en Brasil, Venezuela, Argentina, Uruguay, Bolivia,
Ecuador, El Salvador, Nicaragua, dieron cuerpo a esta “primera oleada” de
gobiernos progresistas y de izquierda que se plantearon salir del
neoliberalismo. Más allá de ciertas limitaciones y contradicciones, el
progresismo latinoamericano apostó a unas reformas de primera generación que
logró tasas de crecimiento económico entre 3 y 5 por ciento, superiores a las
registradas en tiempos anteriores. Paralelamente, se redistribuyó de manera
vigorosa la riqueza, lo que permitió sacar de la pobreza a 70 millones de
latinoamericanos y de la extrema pobreza a 10 millones. La desigualdad cayó de
0.54 a 0.48, en la escala de Gini y se aplicó un incremento sostenido del
salario y de los derechos sociales de los sectores más vulnerables de la
población que inclinó la balanza del poder social en favor del trabajo. Algunos
países procedieron a ampliar los bienes comunes de la sociedad mediante la
nacionalización de sectores estratégicos de la economía y, como en el caso de
Bolivia, se dio paso a la descolonización más radical de la historia, al lograr
que los sectores indígena-populares se constituyan en el bloque de dirección
del poder estatal.
Esta primera
oleada progresista que amplió la democracia con la irrupción de lo popular en
la toma de decisiones, se sostuvo sobre un flujo de grandes movilizaciones
sociales, descrédito generalizado de las políticas neoliberales, emergencia de
liderazgos carismáticos portadores de una mirada audaz del futuro y un estado
de estupor de las viejas élites gobernantes.
La segunda
oleada progresista
La primera
oleada del progresismo latinoamericano comenzó a perder fuerza a mediados de la
segunda década del siglo XXI, en gran parte, por cumplimiento de las reformas
de primera generación aplicadas.
El progresismo
cambió la tasa de participación del excedente económico en favor de las clases
laboriosas y el Estado, pero no la estructura productiva de la economía. Esto
inicialmente le permitió transformar la estructura social de los países
mediante la notable ampliación de las “clases medias”, ahora con mayoritaria
presencia de familias provenientes de sectores populares e indígenas. Pero la masificación
de “ingresos medios”, la extendida profesionalización de primera generación, el
acceso a servicios básicos y vivienda propia, etc., modificó no sólo las formas
organizativas y comunicaciones de una parte del bloque popular, sino también su
subjetividad aspiracional. Incorporar estas nuevas demandas y darle
sostenibilidad económica en el marco programático de mayor igualdad social,
requería modificar el modo de acumulación económica y las fuentes tributarias
de retención estatal del excedente.
La incomprensión
en el progresismo de su propia obra y la tardanza en plantarse los nuevos ejes
de articulación entre el trabajo, el Estado y el capital, dieron paso desde
2015 a un regreso parcial del ya enmohecido programa neoliberal. Pero,
inevitablemente, este tampoco duró mucho. No había novedad ni expansivo
optimismo en la creencia religiosa en el mercado, sólo un revanchismo
enfurecido de un “libre mercado” crepuscular que desempolvaba lo realizado en
los años 90 del siglo XX: volver a privatizar, a desregular el salario y
concentrar la riqueza.
La educación
sexual en países progresistas
Ello dio pie a
la segunda oleada progresista que desde 2019 viene acumulando victorias
electorales en México, Argentina, Bolivia, Perú y extraordinarias revueltas
sociales en Chile y Colombia. Esto enmudeció esa suerte de teleología
especulativa sobre el “fin del ciclo progresista”. La presencia popular en la
historia no se mueve por ciclos, sino por oleadas. Pero claro, la segunda
oleada no es la repetición de la primera. Sus características son distintas y
su duración también.
En primer lugar,
estas nuevas victorias electorales no son fruto de grandes movilizaciones
sociales catárticas que por su sola presencia habilitan un espacio cultural
creativo y expansivo de expectativas transformadoras sobre las que puede
navegar el decisionismo gubernamental. El nuevo progresismo resulta de una
concurrencia electoral de defensa de derechos agraviados o conculcados por el
neoliberalismo enfurecido, no de una voluntad colectiva de ampliarlos, por
ahora. Es lo nacional-popular en su fase pasiva o descendente.
Es como si ahora
los sectores populares depositaran en las iniciativas de gobierno el alcance de
sus prerrogativas y dejaran, de momento, la acción colectiva como el gran
constructor de reformas. Ciertamente, el “gran encierro” mundial de 2020 ha
limitado las movilizaciones, pero curiosamente no para las fuerzas
conservadoras o sectores populares allí donde no hay gobiernos progresistas,
como Colombia, Chile y Brasil.
Una segunda
característica del nuevo progresismo es que llega al gobierno encabezado por
liderazgos administrativos que se han propuesto gestionar de mejor forma en
favor de los sectores populares, las vigentes instituciones del Estado o
aquellas heredadas de la primera oleada; por tanto, no vienen a crear unas
nuevas. Dicho de otra manera, no son liderazgos carismáticos, como en el primer
progresismo que fue dirigido por presidentes que fomentaron una relación
efervescente, emotiva con sus electores y disruptivas con el viejo orden. Sin
embargo, la ausencia de “relación carismática” de los nuevos líderes no es un
defecto sino una cualidad del actual tiempo progresista, pues fue por esa
virtud que fueron elegidos por sus agrupaciones políticas para postularse al
gobierno y, también, por lo que lograron obtener la victoria electoral. En
términos weberianos, es la manera específica en que se rutiniza el carisma,
aunque la contraparte de ello será que ya no puedan monopolizar la
representación de lo nacional-popular.
En tercer lugar,
el nuevo progresismo forma ya parte del sistema de partidos de gobierno, en
cuyo interior lucha por ser dirigente. Por tanto, no busca desplazar el viejo
sistema político y construir uno nuevo como en la primera época, lo que
entonces le permitió objetivamente enarbolar las banderas del cambio y de la
transgresión por exterioridad al “sistema tradicional”. Lo que ahora se
proponen es estabilizarlo preservando su predominancia, lo que los lleva a una
práctica moderada y agonista de la política.
En cuarto lugar,
la nueva oleada progresista tiene al frente a unos opositores políticos cada
vez más escorados hacia la extrema derecha. Las derechas políticas han superado
la derrota moral y política de la primera oleada progresista y, aprendiendo de
sus errores, ocupan las calles, las redes y levantan banderas de cambio.
Han cobrado
fuerza social mediante implosiones discursivas reguladas que las ha llevado a
enroscarse en discursos antiindígena, antifeminista, antiigualitarista y
anti-Estado. Abandonando la pretensión de valores universales, se han refugiado
en trincheras o cruzadas ideológicas. Ya no ofrecen un horizonte cargado de
optimismo y persuasión, sino de revancha contra los igualados y exclusión de
quienes se considera son los culpables del desquiciamiento del viejo orden
moral del mundo: los “populistas igualados”, los “indígenas y cholos con
poder”, las mujeres “soliviantadas”, los migrantes pobres, los comunistas
redivivos…
Esta actual
radicalización de las derechas neoliberales no es un acto de opción discursiva,
sino de representación política de un notable giro cultural en las clases
medias tradicionales, con efecto en sectores populares. De una tolerancia y
hasta simpatía hacia la igualdad hace 15 años atrás, la opinión pública
construida en torno a las clases medias tradicionales ha ido girando hacia
posiciones cada vez más intolerantes y antidemocráticas ancladas en el miedo.
Las fronteras de lo decible públicamente han mutado y el soterrado desprecio
por lo popular de años atrás ha sido sustituido por un desembozado racismo y
anti-igualitarismo convertidos en valores públicos.
La melancolía
por un antiguo orden social abandonado y el miedo a perder grandes o pequeños
privilegios de clase o de casta ante la avalancha plebeya han arrojado a estas
clases medias a abrazar salvacionismos político-religiosos que prometen
restablecer la autoridad patriarcal en la familia, la inmutabilidad de las
jerarquías de estirpe en la sociedad y el mando de la propiedad privada en la
economía ante un mundo incierto que ha extraviado su destino. Es un tiempo de
politización reaccionaria, fascistoide, de sectores tradicionales de la clase
media
Y finalmente, en
quinto lugar, el nuevo progresismo afronta no sólo las consecuencias sociales
del “gran encierro” planetario que 2020 desplomó la economía mundial sino, en
medio de ello, el agotamiento de las reformas progresistas de primera
generación.
Esto conlleva
una situación paradojal de unos liderazgos progresistas para una gestión de
rutina en tiempos de crisis económicas, médicas y sociales extraordinarias.
Pero, además,
globalmente se está en momentos de horizontes minimalistas o estancados: ni el
neoliberalismo en su versión autoritaria logra superar sus contradicciones para
irradiarse nuevamente ni los diversos progresismos logran consolidarse
hegemónicamente. Esto hace prever un tiempo caótico de victorias y derrotas
temporales de cada una de estas u otras opciones.
Sin embargo, la
sociedad no puede vivir indefinidamente en la indefinición de horizontes
predictivos duraderos. Más pronto que tarde, de una u otra manera, las
sociedades apostarán por una salida, la que sea. Y para que el porvenir no sea
el desastre o un oscurantismo planetario con clases medias rezando por “orden”
a la puerta de los cuarteles como en Bolivia, el progresismo debe apostar a
producir un nuevo programa de reformas de segunda generación que, articuladas
en torno a la ampliación de la igualdad y la democratización de la riqueza,
propugne una nueva matriz productiva para el crecimiento y bienestar
económicos.
Pero, además,
con ello, ayudar a impulsar un nuevo momento histórico de reforma moral e
intelectual de lo nacional-popular, de hegemonía cultural y movilización
colectiva, hoy ausentes, sin los cuales es imposible imaginar triunfos políticos
duraderos.
AMÉRICA LATINA:
POR QUÉ SON CLAVES LAS ELECCIONES EN CHILE, BRASIL Y COLOMBIA
Página 12 de Argentina
(https://bit.ly/3148Aad)
América latina
se ha convertido en el epicentro de las mayores luchas políticas del siglo XXI
porque fue el epicentro del neoliberalismo en el mundo. Era la región que tenía
los gobiernos más neoliberales y radicales. Por lo tanto, pasó a ser la región
donde se desarrollaron los gobiernos antineoliberales, convirtiéndose así en el
escenario fundamental de las disputas más importantes del mundo en el siglo
XXI.
La primera
década del siglo estuvo marcada, en América latina, por el surgimiento de un
grupo de gobiernos antineoliberales, que pusieron en práctica un conjunto de
medidas que atacaron el principal factor que afecta al continente: las
desigualdades sociales. La segunda década vio la reanudación de la iniciativa
de la derecha, que restableció gobiernos neoliberales en países como Argentina,
Brasil, Bolivia, Ecuador, ya sea a través de golpes de Estado, como en Brasil y
Bolivia, o mediante elecciones, Argentina y Ecuador.
Incluso a fines
de esa década, en algunos de estos países -Argentina y Bolivia- se restablecieron
gobiernos antineoliberales mediante elecciones democráticas. Mientras tanto,
México se unió al grupo de gobiernos antineoliberales y otros países comenzaron
a vivir disputas políticas abiertas, como Perú y Chile.
El continente
entra en la tercera década del siglo XXI con una perspectiva optimista, si Lula
es elegido en Brasil, permitiendo, por primera vez, que los tres países más
grandes del continente tengan gobiernos convergentes, antineoliberales, que
podrían retomar el proceso. de la integración latinoamericana de manera más
amplia que los intentos anteriores.
Aunque se
confirme esta proyección, el continente seguirá siendo víctima de
inestabilidades y disputas hegemónicas, que lo han marcado a lo largo de este
siglo. Esto sucede por una serie de razones, internas y externas a los países y
al propio continente.
A nivel
internacional, el surgimiento de gobiernos antineoliberales en América latina
siempre ha tenido que convivir en un entorno marcado por la hegemonía de
gobiernos e instituciones neoliberales. Esta convivencia fue siempre un factor
de tensiones e inestabilidades, lo que dificultó la consolidación de aquéllos.
Las políticas del FMI y del Banco Mundial, entre otros factores, jugaron en
contra de las tendencias imperantes en los gobiernos antineoliberales, además
de la acción de Estados Unidos, con todo el peso que sigue teniendo en el
continente.
En un país como
Brasil, ya han sido cinco años de inestabilidad y feroces disputas políticas,
entre gobiernos neoliberales reinstalados a través de un proceso de guerra
híbrida, como una nueva forma de golpe y ruptura de la democracia desde
adentro. El año que viene promete la continuación del debilitado gobierno
actual, conviviendo con el favoritismo de Lula para ser elegido –incluso en la
primera vuelta de las elecciones de octubre de 2022-. Como dice el refrán, el
país debería empeorar aún más, hasta que pueda mejorar, a partir de 2023.
Argentina, un
país en el que se retomó un gobierno neoliberal con Mauricio Macri, que reveló
brechas para reinstaurar el modelo neoliberal, con su incapacidad para resolver
los principales problemas del país y ganar un apoyo social y político que le
diera estabilidad. Rápidamente se debilitó y fue derrotado en las primeras
elecciones presidenciales y Argentina retomó la senda antineoliberal.
Pero incluso el
actual gobierno tuvo un revés en las elecciones de mitad de período, perdiendo
una mayoría absoluta en el Congreso, aunque mantuvo una mayoría relativa. Lo
que hace prever mayores dificultades para que Alberto Fernández gobierne en la
segunda mitad de su mandato, con las próximas elecciones presidenciales en el
horizonte.
En el caso de
Bolivia, aunque el MAS ganó las nuevas elecciones presidenciales en la primera
vuelta, la acción golpista impidió que Evo Morales y Álvaro García Linera se
presentaran como candidatos. Se eligió a Luis Arce, quien había sido ministro
de Economía durante 13 años, pero sin la experiencia política para asumir el
cargo de presidente y sin el peso político de Evo Morales, quien asumió como
presidente del MAS. David Choquehuanca asumió como vicepresidente, líder
sindical y ex canciller, con más experiencia política, pero en su conjunto los
nuevos líderes con menos experiencia para enfrentar la constante ofensiva
opositora, que impide que el nuevo gobierno, aunque democráticamente elegido en
primera vuelta, pueda gozar de la estabilidad indispensable para enfrentar los
problemas económicos y sociales que sufre Bolivia.
El Perú vive las
difíciles condiciones de un presidente electo por estrecho margen, contando
básicamente con votos de la periferia del país, mientras la capital concentra
las fuerzas de la derecha. Todavía Pedro Castillo no ha podido formar un
gobierno con fuerzas estables que lo respalden; debió hacer concesiones al centro
político, perdiendo el apoyo del mismo partido que lo eligió. Enfrenta un
Congreso hostil, que tiene un mecanismo legal para imponer un juicio político
al presidente, con el que constantemente es amenazado. El destino del gobierno
de Castillo aún no se ha definido.
Chile ha vivido,
desde 2019, el proceso más extenso de movilizaciones populares, que desembocó
en la conquista de una modalidad de Asamblea Constituyente, para lo cual eligió
a una mayoría de parlamentarios independientes, seguida de votantes por el
Frente Amplio, que representa a la nueva izquierda del país. Comenzó a
funcionar la Asamblea Constituyente, con decisiones progresistas que entierran
permanentemente los legados sobrevivientes del pinochetismo.
Sin embargo, la
primera vuelta de las elecciones presidenciales resultó en el liderazgo de un
candidato de extrema derecha, José Antonio Kast, seguido de cerca por Gabriel
Boric del Frente Amplio. El resultado de la segunda vuelta está en disputa, con
el apoyo del principal partido de derecha a Kast y de la alianza Democracia
Cristiana-Partido Socialista a Boric. Es una disputa abierta, pero que proyecta
que la victoria de cualquiera de los dos no resolverá de una vez por todas la
inestabilidad política que vive el país desde hace dos años.
La fuerza de los
gobiernos y partidos antineoliberales en América latina aún es insuficiente
para imponer una mayoría política y social estable, que permita la
implementación de un programa antineoliberal, en alianza con otras fuerzas del
continente. Parte de esto se debe a la falta de experiencia política - los
casos de Bolivia, Perú y Chile -, otros a las condiciones internas muy
adversas.
Entre estos se
encuentran la hegemonía de valores neoliberales que sobrevivieron a un período
anterior, entre ellos el estilo consumista -basado en el “estilo de vida
estadounidense” -, las posiciones antipolíticas, antipartidistas y
antiestatales, entre otras.
Las formas de
judicialización de la política (lawfare) tuvieron un peso determinante en
países como Brasil y Bolivia, además de la amenaza permanente de utilizar este
mecanismo por parte de la derecha en varios países, reforzando tendencias de
inestabilidad política.
Otro factor
determinante es el peso de los medios de comunicación, dominados por fuerzas y
posiciones conservadoras, que imponen consensos de derecha en la política y en
los valores generales de la sociedad.
Las fuerzas
antineoliberales aún carecen tanto de coordinación entre sí y, sobre todo, de
un programa estratégico --además de las emergencias a corto plazo, para atender
las necesidades urgentes de la población-- que proyecte transformaciones
estructurales, un profundo programa de democratización del país-.
Hasta que esto
sea posible, América Latina seguirá en crisis, con tendencias favorables para
su tercera década del siglo XXI, a pesar de coexistir con factores de
inestabilidad. Su futuro depende de las elecciones en Chile, Brasil y Colombia,
principalmente. Además de la evolución de la situación interna de la crisis en
Perú y Chile, además de los desarrollos en Argentina. Depende también de la
capacidad de los gobiernos antineoliberales para superar los temas antes
mencionados, incluidas las disputas ideológicas y superar, entre otros, el peso
determinante de los medios de comunicación.
OPERADORES DE
EVO MORALES NO SON REGISTRADOS EN MIGRACIONES AL MOMENTO DE INGRESAR AL PERÚ
En los últimos meses, Evo Morales
arribó a suelo nacional en calidad como diplomático pese a que cumplió
actividades proselitistas y no cuenta con ninguna función pública en el
gobierno boliviano.
Gestión de Perú
(https://bit.ly/3xyDSC6)
Una lista
elaborada por la Dirección Nacional de Inteligencia (DINI) para la Dirección de
Seguridad y Defensa de la Cancillería reveló que algunos operadores del
expresidente boliviano Evo Morales no cuentan con registros migratorios de
salida o ingreso al Perú.
“La cada vez
mayor presencia e influencia de Evo Morales Ayma en el Perú, abrir espacios
hacia una mayor politización de sectores extremistas sobre termas sensibles,
como el cambio de la Constitución Política y la despenalización de la hoja de
coca”, se lee en el informe difundido por Panorama.
Uno de los
operadores de Evo Morales es Cecilio Máximo Ilasaca Quispe, quien registra como
última fecha de ingreso y salida del país en enero del 2019; sin embargo,
figura en diferentes medios de comunicación apareciendo en actividades
proselitistas desarrolladas este año.
Además está
Sebastián Felipe Gabriel, otro aliado de Evo Morales, quien no registra
movimiento migratorio de ingreso o salida del Perú, pese a que estuvo presente
en el I Encuentro Internacional de los pueblos originarios de Latinoamerica
Qatum Willka Tinkuy, realizado el 31 de julio en Caral, Barranca.
Además, el
informe de la DINI advierte que el pasado 10 de agosto ingresó al país por
Desaguadero, Puno, una delegación del partido político boliviano MAS para
participar en un foro con el Fenatep, gremio magisterial fundada por el
presidente Pedro Castillo.
Ellos son: César
Dockweiler Suárez, Óscar Barriga Arteaga, Ibeth Parra Villa Conde, Fernando
Huanacuni Mamani, Sandra Mariscal y Cesia Vargas Águila.
En el informe no
se detalla si sus ingresos fueron registrados, pero sí que, tras participar en
el evento en Puno, partieron hacia la ciudad de Lima.
Otro operador de
Evo Morales en Perú es el exviceministro de la coca Dionisio Núñez Tangara, y
Delina Chile Mamani, exintegrante de la Federación Sindical de Campesinos del
norte de Potosí. Ambos participaron en un evento en Pichari, el mismo día que
Castillo Terrones llegó a aquel lugar.
En los últimos
meses, Evo Morales arribó al Perú en calidad de diplomático pese a que cumplió
actividades proselitistas y no cuenta con ninguna función pública en el
gobierno boliviano. Diputados del país vecino vienen demandando una aclaración
a sus autoridades al respecto.
PLANEAN INYECTAR
GAS DE VACA MUERTA A PROVINCIAS DEL NORTE
La llegada de gas neuquino a Campo
Durán (Salta) posibilitará disminuir las importaciones desde Bolivia y adecuar
las modificaciones técnicas destinadas a invertir el sentido de flujo del
gasoducto Norte.
El Tribuno de Argentina
(https://bit.ly/3d0XLby)
El plan de
gasoductos Transport.Ar contempla la finalización de un tramo de 100 kilómetros
y la ampliación de compresión de Gasoducto del Noreste Argentino (GNEA), de
manera de poder utilizar el tendido de forma inversa al inicialmente previsto
-con sentido norte-sur- para poder transportar gas producido en Vaca Muerta a
las provincias del norte argentino.
La iniciativa
prevé una inversión de US$ 150 millones, y permitirá completar el proyecto
iniciado en 2007 que quedó paralizado durante el gobierno de Cambiemos.
El gasoducto
tenía la idea inicial de promover el abastecimiento de gas natural desde
Bolivia a las provincias del Noreste Argentino (Chaco, Formosa, Corrientes,
Misiones, Entre Ríos y norte de Santa Fe), y contemplaba la concreción de 1.500
kilómetros de ductos troncales y otros 1.500 kilómetros de ramales.
La suspensión de
la obra durante la gestión de Cambiemos cuando sólo faltaban 100 kilómetros de
tendido de caños y los problemas de suministro desde Bolivia, obligaron a
repensar sus objetivos, lo que explica las obras recientemente anunciadas por
el Gobierno nacional.
La alternativa
hoy es usar el gasoducto en sentido inverso, lo que permitirá inyectar el gas
proveniente de la Cuenca Neuquina y llevarlo hasta Campo Durán en Salta, para
luego continuar el transporte por el Gasoducto Norte.
En la
actualidad, el GNEA se encuentra en servicio en forma parcial, y al finalizar
los 100 kilómetros de tramo troncal faltante, y con la ampliación de compresión
se cubrirán las demandas de Santa Fe, Chaco, Formosa y Salta, utilizando la
conexión al gasoducto San Jerónimo-Santa Fe.
La llegada de
gas neuquino a Campo Durán (Salta) posibilitará disminuir las importaciones
desde Bolivia y adecuar las modificaciones técnicas destinadas a invertir el
sentido de flujo del gasoducto Norte.
Se busca
transportar 10 MMm3 /d firme todo el año, y el fluido será transferido al
gasoducto Norte equilibrando así la oferta con la demanda esperada en Jujuy,
Salta, Tucumán y Santiago del Estero.
A mediados de
2020, la empresa Integración Energética (Ieasa) decidió por disposición del
presidente Alberto Fernández retomar las obras del GNEA, al levantar la
suspensión que recaía sobre el proyecto desde 2018, lo que permitirá culminar
la iniciativa que beneficiará a 378.000 hogares de esa región del país.
El GNEA es el
único gasoducto de transporte de gas natural diseñado y construido por el
Estado luego de que este servicio público fuera privatizado en el año 1992, y
como tal fue declarado de Interés Público Nacional mediante el Decreto 267 del
2007.
ABRIRÁN LA
FRONTERA CON CHILE MIENTRAS QUE CON BOLIVIA Y BRASIL SEGUIRÁN RESTRICCIONES
El paso será posible a través de
Tacna. Sin embargo, el transporte terrestre de pasajeros a través de las
regiones fronterizas de Puno y Madre de Dios se mantiene restringido.
La República de Perú
(https://bit.ly/3lgObWC)
A través del
Decreto Supremo N° 174-2021-PCM, publicado este domingo 28 de noviembre, el
Ejecutivo dispuso una serie de medidas con relación a las fronteras. De ese
modo, a partir de mañana, se permitirá que peruanos y extranjeros puedan
ingresar al Perú desde Ecuador y Chile. No obstante, las restricciones se
mantienen con los países de Bolivia, Brasil y Colombia.
Según la norma,
el ingreso a territorio nacional desde Chile y Ecuador será cumpliendo con los
protocolos de la autoridad sanitaria nacional, en coordinación con las autoridades
competentes, apruebe.
De ese modo, los
mayores de 18 años que deseen ingresar al país deben acreditar, de manera
física o digital, haber completado su esquema de vacunación en el Perú o el
extranjero. También permitirán la presentación de una prueba molecular (PCR)
negativa, cuyo resultado sea obtenido dentro de las 72 horas antes. Las
personas que muestren síntomas de la COVID-19 tendrán que cumplir con el
aislamiento obligatorio.
“Durante el
estado de emergencia nacional, se dispone el cierre temporal de las fronteras
terrestres con la República de Colombia, el Estado Plurinacional de Bolivia y
la República Federativa de Brasil”, se lee en el decreto supremo.
Ante esta
situación, persiste la suspensión del transporte internacional de pasajeros por
vía terrestre a través de Puno y Madre de Dios con esos países. Sin embargo,
los peruanos y extranjeros residentes podrán ingresar al territorio nacional
desde estos países cumpliendo con los protocolos que la autoridad sanitaria
nacional apruebe. Tampoco habrá restricción para el transporte de carga y
mercancía.
SE RECUERDAN 5
AÑOS DE LA TRAGEDIA DEL CHAPECOENSE EN COLOMBIA: SIN JUSTICIA Y CON UNA
“SENSACIÓN DE IMPUNIDAD”
El Universo de Ecuador
(https://bit.ly/3ljTip3)
Hace cinco años
Brasil se despertaba con la peor tragedia deportiva de su historia. El avión
del Chapecoense se estrellaba cerca de Medellín. Cinco años sin justicia y con
una “sensación de impunidad” que aún entristece, según afirmó a Efe el
exjugador Hélio Neto, uno de los seis supervivientes.
El vuelo LaMia
2933 despegó de Santa Cruz de la Sierra, en Bolivia, con 77 personas a bordo,
pero nunca llegó a su destino.
Entre jugadores,
técnicos, directivos, tripulantes y periodistas murieron 71, que acompañaban al
equipo a Colombia para la primera final internacional de su historia contra el
Atlético Nacional de Medellín, en la Copa Sudamericana.
Era la noche del
28 de noviembre de 2016. Las primeras informaciones llegaron a Brasil en mitad
de la madrugada.
“Son las 4 horas
y 10 minutos. Estamos interrumpiendo la programación con una información
preocupante y muy importante”, anunciaba la presentadora Monalisa Perrone en
Globo, la cadena más influyente del país.
El país entró en
shock. Después se supo que la causa del accidente fue la falta de combustible.
Pero por detrás hay una ristra de negligencias. Y lo que queda un lustro
después son familias en busca de culpables, desolación y un club ahogado en
deudas.
“Estoy muy
triste con todo, con todo lo que ocurrió en la tragedia, con todo lo que pasó y
pasa dentro del club...”, expresó Neto, en la época zaguero y ahora
superintendente de fútbol del Chapecoense.
“Lo que más
duele es la falta de justicia, la sensación de impunidad. Una vez descubiertas
las empresas que fallaron, no existe ningún castigo”, añadió.
El rompecabezas
de las aseguradoras
Tras las
detenciones de algunos directivos de LaMia y técnicos aéreos bolivianos -el
último arresto fue el de Celia Monasterio en septiembre pasado en Brasil-, el
caso se centra hoy en el papel de las aseguradoras y en las posibles
irregularidades en la póliza contratada por la aerolínea.
En esta
complicada trama aparecen, además de LaMia y el Chapecoense, la corredora de
seguros AON, la aseguradora británica Tokio Marine Kiln y la reaseguradora
boliviana Bisa.
Todavía hoy se
suceden las demandas para encontrar a los responsables y obligarlos a
indemnizar a las familias. Ya se han abierto procesos en Brasil, Bolivia,
Colombia, Reino Unido y Estados Unidos, y el rompecabezas sigue sin resolverse.
En paralelo, una
comisión en el Senado brasileño también investiga los hechos por su cuenta.
“El Chapecoense
asumió su responsabilidad, el único que lo ha hecho” y ha firmado acuerdos para
compensar a las víctimas, “pero las aseguradoras están retrasando los
procesos”, denunció a Efe Gilson Sbeghen, presidente del club, que, como
entidad, también ha recurrido a la Justicia para ser resarcido.
Desde 2017, el
‘Chape’ afirma haber firmado acuerdos extrajudiciales con aproximadamente el 85
% de los familiares. Otros 23 casos llegaron a los tribunales y los están
pagando “religiosamente”, según señaló esta semana el vicepresidente jurídico,
Ilan Nazário.
Nazário prevé
que sólo terminarán de pagar sus compromisos económicos con las víctimas en “marzo
de 2028″. Además, la entidad aún enfrenta otras once demandas pendientes de
resolución.
Mala gestión y
malos resultados
Y lo peor es que
ocurrieron “otras tragedias tras la tragedia del avión”, provocadas
principalmente por una gestión financiera “muy mala”, subrayó Neto.
“Tenemos una
deuda de 140-150 millones de reales (25-27 millones de dólares), de los que
40-50 millones de reales (7-9 millones de dólares) son por la tragedia. El
resto es mala gestión, no guardar el dinero, hacer contrataciones absurdas...”,
enumeró el exdefensor.
En estos últimos
cinco años, el Chapecoense descendió a la Segunda División en 2019, pero tan
solo un año después consiguió ascender de nuevo a la élite del fútbol
brasileño.
Entonces llegó
la pandemia de coronavirus, que golpeó con dureza al club desde todos los
ángulos, pues, además del agujero que ha dejado en los presupuestos, la
covid-19 acabó con la vida del entonces presidente Paulo Magro en diciembre de
2020.
La temporada de
2021 está siendo para olvidar. El equipo, colista, certificó su descenso con
siete jornadas de anticipación para el final del Campeonato Brasileño y, por el
momento, sólo ha conseguido una victoria en 34 partidos.
“No esperábamos
hacer una campaña tan mala”, confesó Sbeghen, quien considera que el
Chapecoense necesita ayuda urgente porque todavía hay “muchas heridas por
cerrar” del accidente.
COLOMBIA
RECUERDA A LAS VÍCTIMAS DEL CHAPECOENSE EN EL LUGAR DE LA TRAGEDIA
Swissinfo de Suiza
(https://bit.ly/3xM7A77)
La Unión, el
pueblo colombiano donde cayó el avión del club brasileño Chapecoense, conmemoró
este domingo los cinco años de la tragedia con un homenaje a las víctimas de la
fatídica noche del 28 de noviembre de 2016 y refrendó la hermandad entre
países.
En la vereda
(aldea) de Pantalio, ubicada en el límite de los municipios de La Unión y La
Ceja, tuvo lugar un emotivo encuentro para recordar a los 71 fallecidos, a los
seis sobrevivientes y a los héroes que atendieron la emergencia esa noche en el
Cerro Chapecoense.
Una escuela
rural fue el escenario de la ceremonia donde ondearon las banderas de Brasil,
Colombia, Bolivia, Paraguay y Venezuela y a la que acudieron diplomáticos,
religiosos, funcionarios y pobladores de la zona que fueron testigos de la
tragedia.
La conmemoración
incluyó interpretaciones de una banda sinfónica, una ceremonia religiosa,
sobrevuelo de helicópteros, intercambio de recuerdos y reflexiones.
"Un
homenaje no es un adiós a los fallecidos, sino un hasta pronto", dijo el
sacerdote José Giraldo, quien recordó que este accidente fue una "semilla
de unidad" entre Colombia y Brasil.
HUELLA
IMBORRABLE
Entre la
multitud que vestía camisetas del Chapecoense y del Atlético Nacional, su rival
en aquella final de la Copa Sudamericana que no fue, apareció la controladora
aérea Yaneth Molina, quien se presenta como "la última persona que le
prestó el servicio" al avión de LaMia que despegó de la escala en Bolivia
con 77 personas a bordo, pero nunca que llegó al aeropuerto de Rionegro, cercano
a Medellín.
"Es una
huella que lleva uno marcada. Me siento feliz de estar acá conmemorando esa
situación que fue tan difícil para todos. Hay que rendirles un homenaje. Es una
manera también de sanación, de paz, de estar tranquilos", dijo a Efe
Molina.
La voz de la
controladora se entrecortó durante su intervención en el homenaje. Lo mismo le
ocurrió al comandante de los bomberos de La Unión, Fabián Mejía, uno de los
primeros en entrar a la zona del siniestro en el antiguo Cerro Gordo, ahora
llamado Chapecoense, adonde llegan visitantes a orar por los muertos y conocer
las historias detrás del rescate de los seis sobrevivientes.
El socorrista
aún recuerda el fuerte olor a combustible, el miedo que recorrió su cuerpo y a
los heridos enviando señales con luces.
"Es difícil
recordar. Es difícil volver a caminar por estos senderos. Esa noche tuvimos
miedo por la responsabilidad que estábamos asumiendo", contó Mejía a Efe.
Cinco años
después de la tragedia, dice sentirse "un poco frustrado por no haber
podido hacer más cosas" aquella noche en esa montaña del departamento de
Antioquia.
MONUMENTO A LA
HERMANDAD
El cónsul
honorario de Brasil, Sergio Escobar, elogió la labor de "los héroes de
aquel momento", entre ellos varios habitantes de La Unión.
También señaló
que a partir del accidente "en Brasil hay un antes y un después sobre lo
que se piensa de Colombia", pues se catapultó un sentimiento de
"hermandad" y "solidaridad".
"Somos
hermanos para siempre", expresó el diplomático, quien reveló que están
llevando a cabo gestiones para levantar una escultura que "valide"
esa hermandad.
Pero no será el
único símbolo en el Cerro Chapecoense. El alcalde de La Unión, Edgar Osorio,
reveló que quieren construir un santuario como "monumento de
hermandad".
Mientras eso
sucede, en el cerro ya hay una capilla y 71 cruces con los nombres de las
víctimas mientras el relato de la tragedia lo siguen transmitiendo los
habitantes de la zona, algunos de los cuales hicieron en sus casas pequeños
museos con réplicas del avión, banderas, fotos y fragmentos de la aeronave para
dejar inmortalizado al Chapecoense.
CHAMPINIESTA
ASESORÁ EN EL CULTIVO DEL CHAMPIÑÓN EN BOLIVIA PARA LUCHAR CONTRA EL HAMBRE
La colaboración forma parte de un
proyecto de cooperación del Grupo de Acción Local Adiman de emprendimiento
agroecológico para la reactivación de la economía en el departamento de Tarija
para el que el Ayuntamiento de Iniesta aporta 2.800 euros
Voces de Cuenca
(https://bit.ly/3cXkvsW)
El ayuntamiento
de Iniesta celebró en la tarde del jueves un pleno extraordinario que comenzó con un alegato de repulsa a la
violencia de género y en el que se aprobó, con todos los votos favorables,
conceder subvenciones de cooperación al desarrollo destinando el 0,7% del
presupuesto municipal, tal como recomienda la Organización de Naciones Unidas.
Así pues, el alcalde, José Luis Merino, explicó que “a Iniesta le corresponde
destinar 5.000 euros a proyectos de cooperación al desarrollo. De esa cantidad
todos los años se aportan 600 euros a Cruz Roja y el resto los destinamos a
proyectos que nos presentan en el ayuntamiento”.
Según afirmó el
primer edil, este año el presupuesto de cooperación al desarrollo se destinará
a dos proyectos: “uno de ellos lo presentó el párroco de la localidad, Miguel
Ángel Solera, que colabora Manos Unidas, para la mejora de educación primaria e
higiene de niños y niñas de distritos rurales de Lugazpi, en Uganda”. Para este
proyecto se destinarán 1.600 euros. “Lo que buscamos desde el equipo de
gobierno es que los proyectos a los que destinamos subvenciones estén
vinculados a Iniesta”.
El otro
proyecto, que se gestiona a través del Grupo de Acción Local Adiman y para el
que se aportarán 2.800 euros, es de emprendimiento agroecológico para la
reactivación de la economía en el departamento de Tarija, Bolivia, donde se
desarrollan proyectos para garantizar la seguridad alimentaria de varias
comunidades. Estos proyectos los ejecutan sobre el terreno las asociaciones
Nativa y Asocio. En este punto Merino destacó la vinculación de estos proyectos
con la localidad ya que uno de ellos, que es la siembra de champiñón, se lleva
a cabo con la asesoría técnica de la cooperativa Champiniesta y quiso agradecer
a la empresa local su colaboración desinteresada. El alcalde ha visitado este
mismo mes de noviembre todos estos proyectos en Bolivia como vicepresidente de
Adiman y como alcalde de Iniesta, ya que en años anteriores el ayuntamiento
también ha destinado subvenciones a estas asociaciones bolivianas.
Elección Juez de
Paz
En esta sesión
de pleno extraordinario también se llevó a cabo a la elección del Juez/a de Paz
y Juez/a de Paz Sustituto/a, que se renueva cada cuatro años. En esta ocasión,
para Juez de Paz titular se presentaron cinco aspirantes y el pleno voto de
forma unánime a Pablo Miguel Hernández Pajarón, actual Juez de Paz.
Para Juez/a de
Paz sustituto/a se presentaron tres aspirantes y el pleno voto, también de
forma unánime, a la actual Jueza de Paz sustituta, Natalia Iniesta García.
Otros puntos del
pleno
El Pleno aprobó
también con todos los votos favorables otros puntos del orden del día en los
que se recogía un convenio con la Diputación de Cuenca para delegar en ella la
protección de datos del Ayuntamiento; otro convenio –también con la Institución
provincial- para regular la delegación de gestión, recaudación e inspección de
los tributos locales y demás ingresos de derecho público y la gestión de la
recaudación ejecutiva, y un expediente de modificación de créditos por
suplementos con cargo al remanente de tesorería. Una de las modificaciones más
importantes en las que el alcalde se detuvo para explicarla fue en la partida
para licitar y adjudicar el proyecto del centro de mayores de Iniesta: “hemos
implementado con 26.000 euros esta partida para alcanzar un total de 51.000
euros ya que este centro de mayores es una verdadera necesidad para la
localidad, una histórica demanda de los mayores en la que queremos avanzar para
que sea una realidad en los próximos años”.
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